domingo, diciembre 10, 2017

Dialogantes

Nacimiento!
sólo para que el mundo exista y
éste mundo para nosotros vivir
pero ¡mundo que soñamos!
cristalizándose en reales bellezas
y en breves pergaminos de sueños
que también haremos realidades
Y así a pulso vamos tallando
la hermosa cadena de la vida
aquella que queremos vivir
¡hoy viviéndola en ensueños!
Oposición a este presente
¡antivida! que nos engulle
la permanente violencia
el gran absurdo del hombre
su aberración existente que
persistentemente le destruye
Entonces nuestra contra-acción será
¡amarnos!  persistentemente el ¡amor!
el mayor anhelo que nos hará humano
mientras tanto podemos vivirlo
sólo  en nuestro aposento del alma

  
El alma mirándose en su espejo naranja
oyendo ese tenue murmureo de acordes
de órganos dialogando con corales
fluyendo del inmenso cuerpo del mar o
también en la imperceptible aura silencio
que el sol va irradiando yendo a su ocaso o
en los ecos de ondas del conversatorio de
las estrellas mirando el hacer del hombre
susurros cómo por qué para qué se vive
entre ráfagas violetas de melancolías
que forjan encendidos ensueños
¡el hombre anhelando otro vivir!

Pero al despertar a la dura realidad como
burbujas van estallando sobre ese mismo mar
dejando al desnudo el esqueleto de la vida
mientras ese mar el sol o las estrellas
siguen viviendo en su alegría silenciosa
dejando fluir esos códigos que el hombre
sólo siente con el alma como llamándole
¡misterios que quiere descifrar!


Ensueños que escapan de párpados
entreabiertos el alma tejiéndolos
yendo al levante del sol sobre su arco
cruzándose vivencias desde sus senos
¡mutuamente entregándose suspiros
y en la brisa él les devuelve rocíos!

¡Oh infancia ensoñándose en los espacios
azules entre los dulces pliegues de la madre!
¡oh sol cómo maduras el maíz que las
artesanas manos de la madre llevan al molino
para empujar la vida hacia adelante!
¡oh sol en mis edades cuánta vida
entregándonos para construir!
pero ¿lo hacemos?

Y bajo ese baño de radiación solar
palpas mi inquietante cuerpo palpitando
cada vez más apurado como si la vida
estuviera buscando lugar definitivo
como la de ese mar rebobinando sus olas
u ondas del sol navegando hacia su ocaso
o el pupilar de las estrellas platicándonos


Ay mar! oh sol! qué vida que vivo
¿por qué? tan diferente a las que  viven
¡pero de quién es esta vida! ¿del alma
escapándose de entre los ensueños
tratando de mutarse en otra?
¡sol sobre el mar! ¡mar bajo el sol!
sin cesar intercambiándose vidas
nunca se cansan en su mirar mutuo
y los ensueños mirándose tampoco
cruzándose sus rumbos aun inciertos
los mismos que llevamos dentro
entonces ¡cuándo fundirse en uno
juntos en armonía hallar el rumbo!

¿Sonríes sol? desde tu convexividad
incansable tu labor pastoreando a
tus criaturas también incansables
buscando más allá de tú ofrenda
como el niño cuando te está mirando
o mira a las estrellas o al mar o a sus
mismos sueños desde sus bordes
jugando bajo tus rayos con cualquier
objeto que transforma en juguete

Pero desde un ensueño intranquilo ¿acaso tú
misma desde el sol o de la luna o de una nube?
como puntada sueltas la pregunta inquisidora
Homo!  ¿por qué tanto extravíos?
y en tonalidad enigmática vuela tu voz
¡búscame entre los pliegues del mar!
resguardándose de tantas inclemencias
pero sin dejar de buscar junto a la madre
la vida en el horizonte cargando su equipaje
¡largo trayecto! ya es tiempo de balance


¿Balance? No! ¡no te digo que has terminado!
las estaciones de la vida son largas para vivirlas
cuando el hombre no rompe el equilibrio natural
por eso no dejes de levantarte conmigo y
navegar juntos sobre el arco convexo del sol
mientras el nacer de niños sigue imperturbable
¡la maternidad de la madre fuente inagotable!
pero  ¿para qué tantos niños si la vida
anda columpiándose entre rupturas?

Si! un columpiar pero en un solo columpio
como ajuga en una mano tejiendo el bordado
porque la obra de la vida es inconclusa
como la Sinfonía Inconclusa de Schubert
pero siempre buscándose hacerse contínua
y porque en la armonía de su equilibrio
está la potencia de su crecer para repartirse
por igual en lo infinito dentro de lo finito
como la sinfonía Nuevo Mundo de Dvorak

Pero ¿ese equilibrio no está roto?
sí! pero quedan en sus aposentos
fragmentos de sus fuerzas vitales
para la recomposición de la vida
como aquellas Variaciones de Bach
que cuando juntas las escuchamos
la recomponemos en una sola sinfonía
¡vivámosla en su hermosa extensión!

Pero alma ¡por qué quijoteas tanto!
ando ocupada desbrozándote el camino
para que sigas adelante que si persiste llegarás
aunque saciar incertidumbres no es tarea fácil
¿crees acaso que son pocos los anhelos
sueltos en esta inmensa y vorágine selva?
¡me empeño crearles hábitats para
que la vida pueda hacer su selección!


 Ay alma! eres como alba curioseando
 y sé que te detienes a mirar al  mar
extasiándote en sus olas ahítas de alegrías
que navegan encrespadas en espumas
y sin parar constante las persigues
envolviéndote en ese blanco ovillo
creyendo que allí están tus entresueños

Y cómo paciente lo escudriña en la playa
aprendiendo cómo tejer lo que ellas tejen
la vida en ese ir y venir sin nunca acabar
¡esa vida que desde que extravió su historia
todavía anda enmendando sus yerros!

Y mira! cómo tus ensueños sobre el mar
pintándolo nos narra su bella inmensidad
fluyente de su cuerpo hecho cristales
donde se refractan miríadas de arcoíris
conteniendo tantos destinos del hombre
mientras él los mira sin saber cuál tomar
¿la vida más allá de su horizonte que
no es la misma que a su espalda carga?

Y esperando ¡abismado! observa al mar
¡qué inmensa belleza igual su inmensa espera!
y en comunión al sol ambos abrazándolo van
almacenando anhelos de los espacios azules
que como olas constante les van llegando pero
todos saben que es la vida quien decide cómo
para qué cuándo tomarlos para construirse
¿los mismos misterios tallados en el tiempo?

Pero alma ¡ese andar tuyo…!
incansable en velamen navegando
por ese espectro azul  igual al de la madre
y es el caracol quien da señales de tu paradero
¿cuándo te detienes? peregrinando en el paisaje
o por los caminos del viento sobre el mar o
en las alas de una gaviota buscando su ruta
o tú misma dentro de tí misma entre cuerdas
componiendo los acordes en sinfonías o como
infinita compañera de la madre cantándole versos


Cualquier lugar es su sitio universo aunque
prefiere con la madre donde más gusta habitar
ocupada en mirar cómo cuánto crece el horizonte
empujándolo hacia adelante tendiéndotelo

Y como desprendiéndose unos
de otros los ensueños van despertando
¡qué sonoridades! en melodías sobre las olas
desparramando acordes compuestos en
sol y fa unas veces o en do y mi otras veces
la canción de amor a la vida tuya mía todos
escanciando esencias que aspiran llenar
ese largo vacío que carga el hombre
¿o eres tu misma dentro de ti misma
dúo de cuerdas señalándole la senda?

Y alma ¿dijiste hacer balance? Sí!
pero dejando al ciclo de la vida
que siga en su inconcluso desenlace
dando lecturas del curso del velamen
de velas blancas sobre ese horizonte
donde voy descifrando los códigos
¿hasta cuál puerto o estación llegar?

Y en ese desenlace siempre reempezándose
nunca olvidar ¡sólo el alma el corazón
saben ver leer y captar las esencias!
pero de aquellos que viven encendidos
viviendo a lo largo del ciclo de la vida


sábado, octubre 21, 2017

Larga mirada…


¡Bajo silencio a cuesta
nuestra carga de vida!
yo tú él ellos un nosotros
tallado en totalidad compacta
para conjugación del verbo ¡cargar!
invisible equipaje obligado a llevar
a la espalda para solo mirar adelante
buscando la constancia de un florecer
¡reíros encendiendo la alegría! como
la primavera que se gesta en invierno
bajo el sonreír melancólico del otoño

Fuente del Parque Los Caobos
Y desde la fuente donde habitan los residentes de piedra bajo
la espléndida esbeltez de las caobas del parque Los Caobos
aquella tarde lánguida esparciéndose entre sus penumbras
suelta la mirada larga alargándose como buscando la vida
que todavía no ha podido encontrar lugar donde habitar
igual al sendero titubeante que pasa al lado del estanque
también buscando perdiéndose en la tarde penumbrosa
¡qué reverberación de recuerdos sin identificarse!

Y los residentes de piedra de la fuente como
en diálogo con las fuerzas silentes de la naturaleza
¿cómo sosegar esa insistente búsqueda de la vida?
¡del hombre! como si fuera el mismo Caín bíblico
y a su espalda el alma mirando con ansiedad
aquellas interminables ondulaciones del agua
porque ellas si saben su origen y a donde llegar

Y como la brisa flota el deseo de ser como las aguas
guiándonos en su escasa luminosidad sobre sus rieles
y que sin querer muy sutil nos señalan horizontes
donde esa vida quisiera construir su propio universo
pero ¡hasta cuándo vivir de esperanzas!

Y el silencio como golpeándose así mismo
igual a esas luces contra sombras envolventes
quiere abrirse en brechas para que pase la luz
y definitivamente días ¡nuevos días! en la vida
¡qué hambre de gozo se siente bajo penumbra!

 

Y ver en el estanque sus aguas viviendo paz
besando a los últimos reflejos cobres de la tarde
que palidece pero aún alcanzando aquella
familia de hongos desgranando sus amarillos
con sus sombreritos florecientes buscando luz
increíble su vida brotando alegre en la hendidura
entre el estanque y el suelo por donde escapan
haz de hilillos de aguas irradiando sutiles arcoíris
¡qué vida tan espléndida en tan reducido espacio que
se amplía con ese hongo en catarata sobre el árbol!


Y bajando sus ojos la mirada allí se hospeda
sintiendo con ansiedad vivir en alguna alegría
brutal contraste involuntario comparándose
con ese reír bullicioso de la familia de hongos
e imperceptible siente una violencia antigua
en ráfagas repercutiendo en ecos sin ruidos
que rompe su quietud interior en fragmentos
¡vida que mengua mirando una vida creciente!

Y llueven los cómo los agresivos por qué
en conjunto coro con los residentes de piedra
pero como siempre el silencio en muro mudo
solo el contraste cruel: los hongos con su vida plena
él apenas ser existente solo porque mira melancólico
vagando entre los sombreritos de los hongos
igual el sobrio bronce de la tarde que muere
entre copas de caobas alebrestados por la brisa

Y ¿por qué su vida teniendo espacio solo sobrevive
mientras que la de ellos florecen en hendiduras?
¿cómo esa antigua violencia rompiéndola
mientras ellos con risas rompen en amarillos?

Y ese mirar como languideciendo tropieza con
transeúntes que también arrastran su mirada
y sus ojos mirando en los de ellos testimonian
¡qué ausencia de vida padecemos!
y las estrellas ya asomándose ahondan
la paz de las aguas del estanque que como
niñas se ponen a jugar con las hojas que flotan
y la vida verdadera cunde en cantos de grillos
trayendo en respuestas conciertos de sapitos
¡qué recuerdos llegan! ¡noches de Boca de Uchire
y aquella lírica conversa de la dulce madre
bajo la luna brotando entre su encantadora risa!


Y bajo la noche que la brisa le arroja
él recoge su mirar que otra vez guarda
como única posesión que aviva su fogata
y como despidiéndose eleva sus hombros
emprendiendo el regreso ¿cuántas veces? y
nuevamente carga su espíritu de esperanzas


Pero esta vez se detiene a ver aquella flor
que antes no miró la largueza de su mirada y
pensativo se asombra ante los sacos de polen
que festejan sus pétalos en lágrimas de rocíos
y hasta un silbido se le escapa melodiando
una cancioncilla ya olvidada en el tiempo
pero que estremecen a los pétalos de la flor

martes, agosto 15, 2017

Vivir mis muertos queridos


Y la vida muestra su inteligencia
al dotarnos de un reloj biológico
el reloj circadiano que sin parar
va marcando el ritmo de la vida
llama a sus fuerzas inmanentes
para que la vayan construyendo
¡prodigio para que la vida viva!
Y de latido en latido sonando sus tic tac
construyéndonos llegamos a cuerpo y alma
¡somos hermanos de todos los seres vivos
también de toda la existencia inanimada! y
¡cantamos en el canto de las estaciones y en
el estallido expansivo de los cuerpos celestes!
Así se expresa la existencia solo para ser vivida
pero ¡qué horrendo crimen cuando rompemos
los equilibrios que custodia el reloj circadiano!
y que el pájaro petirrojo denuncia cada mañana


Y en este tiempo de terribles realidades
oculto entre coletazos de vientos en veranos
o entre los crujidos quejumbrosos de los hombres
o entre los días que amanecen vistiendo penumbras o
en las sombras de techos bajo un duro sol de mediodía
el misterio del andar de un inaudible reloj sepulturero
marcando el transitar de las lentas horas de la vida
obligada a cargar el equipaje de la sobrevivencia y
     ella que se dice que venimos a vivirla existe truncada     
¡qué asombro de la misma vida que aún en pleno sol
siente su existencia sorprendida en trozos esparcidos!

Y es cuando mis seres queridos
después de vivir en su morada
físicamente y sólo físicamente
en trágicos ayeres se trasmutan
en mis “muertos queridos” y se revive
aquel dolor más que por la muerte en sí por
la duración de aquel largo sufrir existiendo

Y mis madres ¡cómo resistieron qué aguante para vivir!
sin embargo nunca jamás dejaron esperando a la risa
reían en cualquier ocasión musitaban sus canciones
un vivir siempre aromado con la chispa de la alegría
y la abuela Ana pura dulzura prolongando su vida
bajo la mirada del recio abuelo Eustacio y unidos
en amor nunca transigían ante las duras vicisitudes
y mi madre Carmen Susana atizando su fogón vivo
igual que su amor en aquel duro trabajo sólo para
sostener su difícil vida y la crianza de sus hijos
y mamá Andrea tan alegre como ver un manantial
ahuyentando las acechanzas que cercaban la vida
pariendo a sus hijos como quien reparte alegrías
y otras mis madres labrando surcos de vidas
constante esquivando la inmisericorde muerte

Pero ellas no querían morir solo querían vivir
seguir siendo madres hasta lo finito de la vida
sus amores imperturbables amando a los hijos
pero este querer a estas madres les fue truncado
¡qué saña la de esta muerte violenta contra la vida!
pero en el invidente mundo espiritual siguen viviendo
y continúan dándonos sus divinas gracias de amor
 
Dos girasoles/Vincent Van Gogh
Y otros predios de la misma muerte
pero dejando la misma huella del dolor
Inés María Franco la inolvidable hermana que
alegre juntos encendíamos nuestras travesuras
 jugando a la imaginación de cómo vivir la vida
pero incomprensible en aquel ayer no la vi más
Cecilia “Chila” Blanco una flor de baile
abriendo en las madrugadas de mi alma
como los pulsos de sus anhelos de vivir
y aquella noche ayer que aún siento
ya apagado su cuerpo contemplé
y ambas anidaron sus almas en la mía


Y Carlos Eduardo inolvidable hijo que me
llega cada vez que oigo el musical del mar
con su sonrisa siempre fresca ¿cómo fue
posible tu muerte si tanto querías vivir? y ahora
¿qué hacer con aquellos tus proyectos de vida?
y hermano Octavio Raimundo aún siento
tu sangre fresca empapándome el alma
¡cómo pudo ocurrirte tan trágico ayer
si aún te veo alegre bailando tu trompo!
¡qué tiempos padecemos truncándose la vida!
pero ambos puedo verlos surcando el Mar Caribe


Muerte que intempestiva asoma
ofreciendo sepulturas que nadie quieren
¡reloj sepulturero detén tu máquina!
¡detén la mano asesina de tu sociedad!
pero contrariando tu mecanismo infernal
mis seres queridos continúan manando
sus pálpitos cálidos nutriendo a los míos

Y otras velas izadas destilando en dolor
aquellos que empiezan simples amigos y
por amor terminan en fieles hermanos
revivo la siempre viva imagen de Raúl Laya
o de Julio Carrero o “negro” Héctor Santoya
o Alonso Briceño o Federico Gómez Sandoval
querían vivir pero aquel momento los truncó
y murieron en ayeres aún sonando sus pasos
¡hasta cuándo reloj sepulturero marca sepulcros!
pero sus abrazos de hermanos continúan vivos

Y obstinado el signo de la muerte de este tiempo
implacable segando la libertad de ejercer la vida y
consagrando la actual sociedad en sociedad asesina
¡qué honda huella abres en el sensible mundo interior!
¡Para ya reloj sepulturero despellejando mi alma!
pero contra tus designios una brújula interior nos
guía en medio de la selva violenta de este tiempo
 
Persistencia de memoria/Salvador Dalí
Y cada muerte va arrancando una parte sustancial
de la vida que nos da la naturaleza queriendo impedir
la construcción del puesto cósmico en el lugar cósmico
y todo lo que nos rodea pareciera existir enmudecido
como si la vida no tuviera nada que ver con otra vida
¡qué misterio como manto lúgubre cubre este tiempo!
y el universo contemplativo sólo frunce su entrecejo
solo oír lejano el tic tac de nuestro reloj circadiano
en su tarea titánica de preservarnos cuerpo y alma
¡oh simiente de hierba perpetuándote en tu ciclo
dinos cómo haces para seguir siendo hierba!
¡enséñanos cómo tú recreas incesante tu vida!
!Oh poeta Walt Witman cuánta razón tienes
de cantarle en tu poema “Hojas de hierba”!


Pero el reloj sepulturero no sabe de compasión
¿quién lo puso andar en cacería de nuestros pasos?
y frente al azul horizonte húmedo de mis ojos
el hoy persiste en ayeres que me duelen porque
hermosos cuerpos caen y se siente su vital sangre
derramada por una represión de voraz apetito
perpetuando la saña criminal de esta sociedad
como hoy con más de cien asesinatos recientes
cuyos rostros nos cuentan la ruptura de sus vidas
aparte de los que cada semana caen por el hampa
¡muerte a la vida! voz eco hasta en los callejones
para mantener este Poder que enriquece sus élites



Y muerte fundando cementerios ¡dinos!
por qué te conviertes en parte irracional de la vida
¿cuándo serás sólo para cumplir el ciclo de la vida?
y ser como esa hierba que sólo perpetúa su vida

Y en mi revivo a mi madre practicando su religión
¡revivir en el amor a los muertos queridos y en la
vida cotidiana cultivar ese amor para que los
seres queridos puedan disfrutar una larga vida!
y hoy la prolongo abriendo resquicios de luces
por donde asumo su religión como la mía bajo la
sinfonía de los sones tic tac de mi reloj circadiano