Ojos que miran al
mar…
¿pero qué tanto miran?
pechos que anhelan…
¿por qué tanto suspirar?
Y libres
se sueltan
sobre
el oleaje infinito
recorren
los horizontes
preguntando
indagando
¿dónde anda la vida?
¡grito del hombre!
Habitamos ¡ansiando
vivir!
un tiempo-espacio donde
ya no somos personas singulares
¡nos hacemos masas
multitudes!
protagonista de
tragedias que
no son nuestras como las de ser
rostros andantes para solo mirar
sin saber que no miramos o
qué es lo que miramos y sentir
tantas cosas que no son de la vida
y somos como números
cosas datos
¡simplemente seres mutilados!
Y ya somos unos
7.500 millones de seres
abarrotando a la Tierra con la tendencia
indetenible de seguir creciendo dentro
de un sostenido deterioro de la vida real
¡en verdad una
jaula de hombres!
una existencia de
una vida en guerra
¡el hombre contra el hombre!
Y reflexionando bajo la reflexión
del filósofo del amor Juan García Bacca
estamos en un mundo que posee una “vida”
que es una cuasivida
como una cuasicosa
en una cuasiexistencia
de cuasihombres
¡y esta es la
esencia de la tragedia
del hombre moderno
de la que podrá
salir cuando
extinga esta esencia y
la sustituya con la
esencia humana!
Y ¿en qué perfiles
o sonreíres
rictus o palabras o
mimos de rostros
o gestos de manos
buscando otras o
brazos que se abren
queriendo abrazar
se muestra la vida aquella
que nació?
¡Ahora esta vida habita
en las hojas
donde se hace la
fotosíntesis o en
el polen de las
flores ofrendándose
o en los cantos de
los pájaros o en
la dulce melodía de
las ballenas o
en la terca
simiente de la hierba
o en el primer
canto llanto alegría
del niño cuando
acaba de nacer!
¡Ese flujo vivir de
los hombres ahora
opacos a dónde huyó
como humos!
uno mismo se mira o miramos a otros
y nos palpamos o palpamos a otros
y la vida se le siente subterránea
¡qué aconteció con
tantas alegrías
y con tantas
esperanzas aladas!
y no hablamos de vida individual
sino de vida colectiva del hombre
Y esta cuasiexistencia
de cuasicosas y
de cuasihombres “vive
gozando una vida”
a expensa de un almacén de mercancías
que este hombre acumula
con lucro para
“disfrutarlo” en sus orgías entregando
a cambio el sudor y sangre del hombre
y el trabajo
antes creador de vidas
ahora es pura actividad para lucrar
explotar manipular mentir asesinar
¿y el amor? otra mercancía más
¡Ay voluntad ajena
y tirana que nos
manipula como sus
creaturas objetos!
pero ¿hasta
cuándo lo permitimos?
andar entre sus espejos o solo mirarnos
en los empañados vidrios de sus calles
esperar a que pasen sus carros porque
ellos tienen más derechos que nosotros
o recitar sus oraciones que de tanto
repetirlas las creemos “verdades”
o permitir su derecho de violencia
negando nuestro derecho a la vida
¡nos construimos en
seres alienados!
Pero aún así queda un yo tú él o ellos
personalizados bajo tantos nombres
o en trozos que nos da un espejo roto
¡rastros de existencias solo palpitando!
¿podrían ser puntos
de partidas para
volver a ser lo que
empezamos ser y
decididamente dejar
de ser “cuasis”?
Existimos sin el aire de la libertad
de la verdad de la justicia de la belleza
y el amor siempre lo estamos trucando
en verdad habitamos en un reino donde
mandan los mercaderes y sepultureros
¡su derecho
omnímodo norma la muerte
para que se
desencadena sobre la vida
y sostenga la “paz”
de su Orden!
Por fortuna queda existencia que
celosos ocultamos a los ojos del reino
como la hierba oculta su simiente
porque la verdadera vida que aspiramos
solo la sentimos la llevamos por dentro
siempre buscando sus albergues propios
donde pueda aguardar a mejores tiempos
cual cuarzo creándose en las profundidades
para luego emerger en luces de fiestas
como modelo geometría de vida perfecta
Y desde que la vida se hizo peregrina
no cesa buscar aunque sean instantes
como días guarecidos bajo cielos azules
o noches ¡aquellas
noche de estrellas
sobre el durmiente
mar Caribe!
y en tránsito la luna
pura plata
deshojándose entre nocturnales
y cuando las vemos encendidas
sentimos que son albergues
de vidas
y entresueños allí nos guarecemos
Y bajo esas noches ¡qué
noches vivas!
envolviéndonos conciertos de sapitos
que responden los flautines de grillos
bajo aquella luna llena resplandeciente
y sentimos las ganas de refugiarnos
porque son albergues de la vida
Y en las
montañas o en el mar azul
sobre sus sinuosidades encendidas
vemos cómo las albas lilas abren
el amanecer en luces de auroras
sobre ese timbrado despertar
en alegrías de cantos de pájaros
¡y ese milagro! el nacer en hendiduras
de aquellos hongos alegres que vemos
chorreando deslumbrantes amarillos
bajo rocíos que se abren en arcoíris
¡es la vida llamando por doquier!
¡ellos son ¡albergues
de la vida!
Igual a aquellos ojos mirando al
oleaje del mar hacia el infinito
o los oídos oyendo la musical
pláticas de las estrellas o el
rostro a distancia percibiendo
la cálida ternura del niño o el
alma captando los latidos de los
hijos habitando lejana geografía
o esa cadena de
los hijos de hijos
prolongándonos en el tiempo
¡albergues de la
vida para vivir!
En todos con
frenesí palpita la vida
¡el goce de la vida
en campanadas!
pero ahora es nuestra la decisión
de refundar estos albergues en un
solo universo hogar
sobre la Tierra
para que el hombre viva libre su vida
como su único hortelano igual a esas
palomas del campanario que vuelan
alegres al son de los dulces tañidos