Un niño
sirio que se atreve mirar afuera de la carpa de refugio
La risa ya no está
porque fue espantada
pero dejó su huella
en un rictus que se marca
sobre un rostro temeroso
con algo de esperanza
para que nunca olvide
que debe volver
Y cuando vuelva
otra vez será risa libre
compañera siempre de
esos ojos como océanos
donde cabe toda la vida
Aprovechemos el caso de Siria para hacer una
reflexión. En la historia del hombre tanto en la del que viste “ropa ordinaria
y zurcida” como en la del que usa “ropa elegante y bien confeccionada” ¿podrá
existir algún tiempo de vida sin guerras? Si apelamos a los dioses de la
mitología egipcia, griega, romana, oriental. O a las narraciones de la Biblia,
Corán, Budismo, Taoísmo, Confucionismo –por ser fuentes a nivel de los
pueblos-, constatamos que siempre esa historia ha estado jalonada por guerras. Y aún, en el presente, voces de
sus sacerdotes, pastores, profetas y políticos, no cesan de exhortar la sangre-lágrimas
en las “proezas” de sus sucesos. Para no ir tan lejos en el tiempo, todavía las
sombras de las guerras mundiales siguen sacando sus manos instando a que continúe
su legado a nivel de guerras regionales –con armas nucleares y convencionales-,
intercalando entre ellas, de vez en cuando, la amenaza de una tercera guerra
que tendría que ser nuclear. Y atizando las brasas para que se mantenga
encendido el fogón de los conflictos está el permanente discurso de la
diplomacia internacional: ellas es un “arte” moderno de la política de la mentira,
ironía, hipocresías, burlas y halagos para defender lo indefendible y
justificar lo injustificable en la conducta de la riqueza y del Poder.
Pero una guerra nuclear ¿no significa la
destrucción de la humanidad, y en general, la vida en el planeta? Nadie lo
niega. Pero, ahí están los arsenales de armas nucleares, esperando la ocasión Y
esta 3ª guerra ¿acaso es una amenaza-chantaje entre las naciones en su juego de
ganar o perder posiciones? ¿O es un “alerta”, como decir, “ahí viene el lobo”,
para señalar la “línea roja” que unos pueden pasar pero otros no? Pero sea “amenaza”
o “alerta”, es indudable su posibilidad. En todo caso, es un condicionante de
la vida en el Planeta. Mientras, la Institución “ciencia” no cesa de producir éste
arsenal, junto a las no nucleares, gastándose un inmenso presupuesto. Sólo en
ojivas nucleares, misiles y submarinos –y reparaciones- se gastan 100.000
millones de dólares cada año. Cifra que si se invirtiera en la pobreza y hambre
mundial, éstas desaparecerían de la Tierra. Pero esto es una “ilusión” pensarlo, porque solo se
invierte en ésta rama para mantener las guerras -presente y futuras-, y con
ellas, esta pobreza-hambre. Entonces, ¿a quién importa la vida, y su planeta?
Lo que sí sabe que importa como fin mayor es el lucro.
¿Guerras regionales antesala hacia otra guerra mundial?
Y como herencia, cada país, por pequeño que
sea, tiene su Ejército y arsenal de armas, cada vez más modernizado, y con un
presupuesto cada vez más elevado. Su función es esperar al “enemigo”. Y una
gran parte de la Ciencia, hoy está al servicio de la guerra, inventando más
armamento de alta sofisticación. ¿Y qué es un Ejército? Una organización
bélica, un conjunto de hombres entrenados-educados para matar gente. No produce
ningún bien o servicio para el consumo colectivo. Es por naturaleza improductiva, sólo espera
la guerra ¿Y qué es un soldado, un capitán, un general, etc.? Un hombre
formado-entrenado-educado para matar a otros hombres. Sólo es un “profesional”
para matar ¿Y los hombres se conocen entre sí? Jamás, pero una “Educación”, que
tiene como centro vital el concepto de “patria”, los transforma mutuamente en “enemigo
invidente”: un hombre de una “patria” odia a otro hombre de otra “patria”, y está
dispuesto a liquidarlo. Y esta es la idea-dogma básica de la guerra. Pero su
fin último, verdadero y consustancial -escondido, camuflado en el concepto
“patria”-, es atesorar y defender intereses concretos socioeconómicos y de
poder-mando para la élite que gobierna. Pero la guerra ¿siempre será la
actividad del hombre para hacer historia? Para éste tiempo, para ésta historia
actual, si lo es.
Un niño
sirio herido mira ¿el arma o al soldado?
¿Y en él cuáles ideas y sentimientos?
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Y como testimonio de este tiempo –aparte de
otros-, está el Medio Oriente, herida honda de la Tierra que pareciera nunca
“cicatrizar”, pero si constantemente sangrar. Su historia ha sido –y es- masacres
tras masacres. Y en particular, los niños en los distintos “bandos”, son
“símbolos” elocuentes: unos, muertos, otros transfigurados por el odio, y otros
muchos marcados por las torturas, migración, los refugios, la orfandad, el
desarraigo. Aún está fresca la crueldad de los acontecimientos de la ex-Libia
de Gadafi, y no hace mucho, los de Egipto. Y ahora, la interminable masacre de
Siria, con su marca original –aunque no es la única- los ataques con armas-gas químicos
contra la población, que dejan más de 1420 muertos, y alrededor de 500 niños liquidados
con el gas “sarín”. ¿Y pudiéramos tener el “alivio” –una ironía cruel- que estos
conflictos sólo fueran en este territorio? No, porque se pueden hallar en otras
regiones del mundo: América Norte y Sur, África, Asia, Oceanía, bien en forma
activa o bien en latencia como si fueran volcanes. Recogemos y damos un “retrato”
parcial de Siria:
Abdul Majid de 14 meses/herido por na bomba
Víctimas del ataque químico
Entonces, ¿para qué sirven, qué hacen los
Organismos continentales o mundiales, en particular, la OEA, la ONU? Al
parecer, ¿para que sigan las guerras en formas periódicas y alternativas? Y para
que los imperios-poder, EEUU, Rusia, Reino británico, Europa, Japón y China sigan
en sus papeles históricos de gendarmes-jueces: alternativamente, unos
invadiendo, otros apoyando-financiando, en una abierta competencia entre sí para
intercambiarse la hegemonía. Y mientras guerrean -entre ellos mismos o contra
sus aliados o enemigos- conciertan los grandes negociados multimilmillonarios –en
dólares, euros, liras, yenes, oro, como “conchas de ajo”- Y el escenario del
mundo -la población mundial o continental o regional- en el papel histórico de
suministrar las víctimas. Y en verdad, en la práctica, es la creación, también
histórica, de la insensibilidad del hombre ante la muerte-destrucción.
Y la llamada humanidad, doblada y “rodillas
en tierra”, superviviendo sobre la faz de la Tierra, mirando desde abajo la
frente del rico poder, en manos de la élite o minoría, siempre
gobernante-dominante. ¿Hasta cuándo soportar esta escisión? Y mientras, en
Siria siguen cayendo centenares de víctimas bajo una dinastía
familiar-personal: los Assad, que ya
suman unos 50 años de poder-mando, seguimos bajo la lluvia de titulares e
imágenes: “EEUU se prepara para la intervención
militar”, aunque da una pausa de espera“, “465 niños murieron gaseados en los
ataques químicos”, “Rusia se opone a la intervención, y sigue suministrando
armas y todo lo que pueda al gobierno de Siria”, “Se negocia el conflicto en
Ginebra” “Siria acepta la propuesta rusa
de poner bajo control internacional su arsenal –uno de los más grandes del
mundo- de armas químicas” “La ONU debate quién es el responsable de los ataques
químicos y si autoriza o no la intervención militar”, etc., etc., etc. Los
titulares se “esfuerzan” por esconder el nulo interés real por resolver la
situación. Pero, ello no es posible. Su sola lectura lo pone al desnudo. Y preguntamos
¿es información o práctica de insensibilización? Lo cierto es que Siria es y
será otra huella sangrienta imborrable.
Y hasta hoy, ésta es la Siria que la guerra
–ya para 3 años- deja: más de 2 millones de sirios refugiados y más de 1 millón
son niños –y sigue en riesgo 4 millones de niños-, unos 500 niños asesinados
con gas “sarín”, unos 100.000 de muertos, una economía destruida, una sociedad
que “vive” bajo matanzas y bombardeos, y una población marcada con imborrables
hondas huellas de guerra. Y un sirio pregunta al mundo “¿Acaso, nuestra sangre es más barata que la suya?” Y nosotros repreguntamos ¿Así, cómo realmente
vivir un futuro cierto? ¿Y esta gigantesca deuda humana quién la va saldar? ¿Cómo,
cuándo hacer realidad el mensaje de la paloma de Picasso?