Y quiero ser como esta risa
quiero vivir como esta risa
para llegar a donde quiero llegar
alcanzar lo que quiero alcanzar
y llegar a Ser lo que quiero ser
Y CON EL DERECHO QUE DA ESTA RISA
PORQUE NUNCA VA A DESAPARECER
ACUSAMOS AL MUNDO DE LA MASACRE
QUE HOY EJECUTA
Milenios lleva este hacer-historia
negando las condiciones sociales que necesariamente
requiere una vida digna acorde con la
condición humana: una vida en justicia, libertad, belleza y amor. Desde que
nacemos estamos en este mundo con esta aspiración. Y por eso el niño es el
máximo exponente de esta aspiración. Y desde esta aspiración, que es el centro
mismo de la esencia de ese humano que quiere llegar a serlo, irrumpimos con un
grito colectivo furioso para acusar a este mundo cruel por el daño que le causa
a cualquier niño de cualquiera latitud de la Tierra., como este irreparable daño
que hoy se le está haciendo a los niños y niñas de Siria por un guerra que
nadie tiene interés en parar porque se prefiere conservar privados intereses.
Millares de niños están siendo masacrados en Siria por la guerra que hoy
paulatinamente está destruyendo a ese país, ante la azorada mirada de los países
desarrollados y sus aliados del mundo –dueños de la ONU- , que por mantener
intactos sus intereses de privilegios y de poder de dominio sobre el planeta
Tierra, se niegan a concertar un acuerdo que detengan la masacre colectiva de
sirios. Y esta matanza de niños por esta guerra que sólo salvaguarda intereses privados-particulares, pone al desnudo el por qué y para qué –los fines- de las reglas de juego de la
diplomacia mundial, el silencio terrible del mundo, y a su vez, expone la naturaleza del Modo de vida de la actual civilización
moderna.
Y de los que aún quedan con vida -niños y niñas de todas las edades-, “viven”
sometidos a la crueldad de esta guerra, y buscan salvaguardar sus vidas
en cualquier refugio por precario que sea Y algunos -con sus padres o sin ellos-,
huyen hacia las montañas vecinas, y se protegen en cuevas, dónde han de
subsistir padeciendo terror, frío, hambre y sed, además de los constante
sobresaltos por las explosiones de los
cañones-baterías y de los bombardeos aéreos, temiendo a cada momento ser
víctimas fatales de ellos, como sucede. Mientras, allí
permanecen, solos, sin personas mayores, obligados a la espera del
regreso de los padres –mayormente, la madre- que a diario están obligados a
salir a las ciudades cercanas -objetivos de guerra- para tratar de conseguir
algún precario alimento para sus hijos.
Y esto conforma un imborrable daño psíquico-físico que los marca profundamente, como el que denuncia este video que damos a publicación:
Y esto conforma un imborrable daño psíquico-físico que los marca profundamente, como el que denuncia este video que damos a publicación:
Y esta situación, no solo ocurre en Siria sino en tantas regiones del mundo donde mueren bajo otras tantas formas y
diversidad de violencia, como en la India, China, Venezuela, México, Centro América, Rusia, EEUU, África: en particular, Somalía, Yiburi, Eritrea y Etiopía donde mueren millares de niños por la hambruna. Región llamada Cuerno de África, frente al Mar Rojo, por donde sale parte del petróleo que sostiene al mundo industrializado. Y también, en el Medio Oriente, Afganistán, Pakistán, Corea del Norte, etc., etc., ¿Y ante tanta violencia qué se puede proponer, sugerir, aconsejar, pedir, clamar,
etc., etc.,? Desde nuestras posibilidades, sólo cabe escribir para denunciar la dimensión de la atrocidad, testimoniarla... y gritar. ¿Gritar para qué? Para volver a gritar, gritar… con la
esperanza profunda que el grito se haga rayo y extinga la violencia. Y tenemos
la convicción que algún día será. Y por eso nunca hay que cerrar los ojos, mirar para el otro lado... Nunca, jamás callar.