domingo, diciembre 12, 2010

Azul... pero aún no vivimos en tiempo de navidad

Azul
siempre azul el cielo
y de tanto azul
la espera del hombre por lo esperado
también se hará azul.
Entonces, como dijo el poeta Luis Luksic:
 “un día el hombre hará correr un ferrocarril sobre un rayo de luz…” 
y el hombre se vestirá de humano.
                                                                                                                                                                            Donde habita mi madre
                                                                                                                                                        
A la altura de esta biografía de 71 años
como quien llega a la cima de un altozano aún verde
 pero en medio de la vida de este mundo hostil
digo hoy que siento días por venir
cargado de una ilusión que promete hacer del sueño
un tiempo de porvenir envuelto en acordes de laúd
 que fluyen de las cuerdas del alma
que quieren sembrarse en la tierra para hacer floresta y…
¿Otra vez? ¿Cuántos amaneceres,
y solo se trasuntan en noche oscura?
No me interrumpas! Oye y ve bien!
porque si llega la noche esta vez tendrá que ser como
el mismo día luciendo un cielo tachonado de estrellas y una corona
en arco donde  la luna teje tapices de luces blancas y azules
un solo tiempo entre cuyos peldaños el vivir
solo habría de ocurrir para la ascensión de la vida.
Y el alba y la aurora inventarán nuevos colores
en danzas y con acompañantes aromados de estrellas
y su polifonía en todo el universo como una resonante anunciación
pero deja que mi oído perciba la brisa de polen que las anuncia
en densidad azul a causa del Ser envuelto en hálito estelar
mi oído primero percibe y luego la vista lo verá.
Y ves, allí viene aunque primero en formas de artesanía de tierra
tintineando a ambos lados las lamparitas de barros
receloso y tímido por los tantos sucesos acaecidos
que han saetado los vértices de su cuerpo pero el alma resiste
y digo si volviera a llegar aquella noche oscura a cubrirlo todo
él tendrá que irse con una rendija abierta en el costado izquierdo
como la de aquél por donde manó mucha sangre santificada
y que en sus gotas pudimos entrever a este mundo que hoy aterra
pero con la esperanza a su lado de transubstarlo por otro mejor.

Cristo de Van Gogh/copia de la piedad de Eugene Delacroix
Pero  no, no es él ni alguien semejante
porque esta vez no habrá crucifixión
ni calvarios donde el dolor en procesión se exalta en pasión
esta vez el hombre dejará de ser simple transeúnte de siglos
para convertirse en el  transubstador de vidas para la vida infinita
bajo arpegios de trompetas en un lirismo de tonalidades heroicas
y en las cuencas de sus manos traerá otro tiempo de amaneceres
que llegará a sembrar para que el mismo como humano al fin lo haga suyo
dueño de su destino para jamás extraviarse por sendas que no son suyas
y sus pupilas estarán construidas con las pupilas de  los niños
para que pueda mirar muy bien lo que tiene que construir
su escultura en una entidad única e irrepetible para que
sea la raíz única de la sociedad de hermanos que se espera.
Ahora si el Quijote podrá volver otra vez pero con una mayor locura
en abanico de aventuras que coronen en libertad y justicia
Y fíjate aquél maizal que aparta sus mazorcas para darle paso
mi oído ya  lo siente y mi vista presiente verlo
y date cuenta que esta vez viene tarareando cánticos
que acompañan un adagio molto e cantábile
¿lo oyes?
larga melodía compuesta de tanto andar los caminos
aliñada con las tantas aspiraciones que hemos enviado
tercamente para derrumbar a este mundo hostil
Incrédulo!
hasta cuando ceguera para solo vestir sombras
acaso tu oído no tiene un caracol con pasos antiguos
que solo andan perdidos en su estrecho laberinto
acaso tus ojos no son los mismos que antes miraban estrellas
mira bien que es el mismo cielo: Orión al centro la Osa al lado
la estrella polar luminosa siempre terca señalando el camino
y entre ellas como un arcoíris la risa de una madre que nos titila
hijos amaos los unos a los otros!
Ahora vuelve tu mirada al maizal que ya no tiene mazorcas
porque  el que llega en su canasto recogió todos los granos
para fabricar el pan que esta vez sí alcanzará para todos
y la brisa llegará y seguirá su viaje polinizando lo que toca
pero nos dejará la larga melodía que se compuso en el tiempo
y mi oído ya la oye en los compases que van llegando
y mi vista vislumbra entre auras a quienes la vienen canturreando
y es el niño el que esta vez trae firme al hombre cogido de la mano
para ambos construir en la Tierra al mismo Universo
y a su misma semejanza el hombre humanidad
y  será un acontecimiento que cantos epopéyicos narrarán.
Incrédulo! No tengas temor!
esta vez ya no se volverán a ir
abre tu pecho y sientes lo que yo siento
acaso, ¿tú también no vienes del vientre de esa madre?
ven , sentémonos a esperar la navidad
que es el canto azul de esa brisa que venía anunciándose
ven,  alegrémonos como hermanos que hemos de ser siempre
para los primeros cimientos de esa sociedad de hermanos
que viene en gestación
y llenemos nuestras copas con la risa y los ojos dulces
de la madre perenne que anda en alta navegación
y que por estos días ha de venir a ver a sus niños que se harán hijos
solo para gestar el ciclo de la vida a semejanza de las estaciones.
Y ¡siempre madre!
Luna
Carmen Susana
Carmen Ramona
Andrea Justina
estrellas luminosas allá arriba en el cielo
hadas del parto que ha de venir
y en estas copas  bebamos su risa y la dulzura de sus ojos
su bálsamo contra el dolor sobre la tierra
y su historia hagámosla nuestra.
                                                                                                                                                                                     La madre perenne
¡Navidad azul para todos!
canto para los vivos sobre la Tierra
y para los ausentes áureos
navegantes eternos sobre la convexidad del universo
que a nuestros oídos nos susurran otra vida hecha de astros
y que algún día tendrá residencia en la Tierra
y cuando  oigamos tocando a la puerta
abrámosle que son ellos aureados por la madre perenne
y sin esperar más seamos constructores de su ofrenda
¡amaos los unos a los otros!