sábado, septiembre 19, 2009

...y que siga la música


La música. La música siempre ha estado al lado del hombre. En sus momentos de alegrías, y en sus momentos de tristezas. Y en particular, cuando está extraviado o conmocionado por el impacto de algún acontecimiento, o por la vivencia de una determinada situación que lo desgarra o lo hunde en reflexiones, siempre ha recurrido al auxilio de la música. Allí se refugia, se resguarda, acampa para que pase el temporal o hace estación bajo uno de sus aleros para descifrar signos o buscar soluciones a lo que le inquieta. O dejar la esperanza planteada bajo la forma de una interrogante. Y esto es más apremiante en tiempos como los que hoy vive.




Hablamos del hombre que le preocupa su destino:con afán intenso busca zafarse de la tragedia humana, aspira una vida mejor, un mejor vivir para siempre, siempre como la música: siempre bálsamo de curación para el hombre y exaltación de su espíritu para trazar la geometría de su vida.

Pensamos que es bueno tener presente esta idea general sobre la música y el hombre, en momento cuando leemos y oimos la noticia sobre un intérprete y compositor que ponen su arte al pie de un tirano, con pretensión de mesías-monarca. Y más grave, un tirano con el altísimo mérito de la ignorancia. No es la primera vez -como dice el dicho- ni será la última: ella -la música- sabrá resistir.

Pero obviando este aberrante hecho, y para borrarlo, es saludable recordar que son muchos los nombres de intérpretes que viven –ausentes o de presencia física- con nosotros, y que nos ofrendan su arte para ayudarnos a sobrellevar la vida de este difícil tiempo. Y en este momento queremos oír a Luciano Pavarotti. En su voz oigan, entre otras piezas, a Nessum Dorma de Puccini y Ave María de Schubert. Escúchenlas con nosotros!