La medicina
de la vida receta
en ayunas
tomar
dos
cucharadas grandes
de extracto
de sonrisas púrpuras
después de
cada comida
dos grageas 1000 mg de risas lilas
y a la noche
antes de acostarse
tomar en
medio vaso de agua
cinco mililitros de jarabe
de
carcajadas de risas
receta sin
interrupción
en toda la
vida
para tener la
salud
que hoy carecemos
Nos unimos en “cayapa” para celebrar los 50 años de existencia de Mafalda, que cumplió el pasado 29 de septiembre de 2014, luchando
por la construcción de un mundo mejor. Pero, sin fiesta porque no hay nada que festejar: el mundo sigue sin mejorar su salud. Pero, en cada geografía, el hombre rinde homenaje y le expresa hondo agradecimiento
por estar a su lado en el combate por la vida. Y también, todo el planeta
Tierra, en la lucha contra la depredación que le causa la acción de este mismo
hombre. Y el mismo Quino –con sus 82 años-, quién jamás deja quieta su pluma, está
en “campaña política” para que Mafalda, y sus amigos: Susanita, Manolito,
Felipe, Miguelito, Libertad, junto a su mamá, papá y Guille, su hermanito, estén
en cada latitud librando ese combate por la vida. Y labren, junto al hombre
cotidiano, otro mundo de signo distinto al actual, el mundo porvenir donde el
hombre cesa su llanto, su dolor, deja de sufrir la mala vida, y al fin, alcanza
su felicidad y la paz.
Pero ¿Cómo dicen? ¿Democracia?
Y en este ¡homenajecumpleaños! de Mafalda y
de sus acompañantes protagonistas, hay sellos distintos de acuerdo a la
complejidad de la situación conflictiva que padece el hombre. Y es que cada
geografía exhibe, cada vez, un mayor nivel de la violencia que le afecta. Por
ejemplo, allá, Siria e Irak, en su guerra milenaria, aparecen modalidades
inverosímiles, donde no solo, se quita la vida, sino –simplemente-, ahora, la
muerte se viste de cruda crueldad-propaganda: a la víctima, en vivo, primero se
le anuncia, creando expectativas, y luego, se le decapita para “poner” al imperialismo “rodillas en Tierra”. Pero,
en general, es de todas partes del mundo de donde nos llegan los “partes”
noticiosos de la matanza, y de los perfiles que va alcanzando la mala vida que
afecta a la Tierra.
Pero hay, otras de pasmo, que compiten: Venezuela,
que a pesar de su pequeño territorio y población, “vive” una guerra no “oficial”,
declarada por nadie, pero no obstante,
en promedio, “cosecha” 20.000 muertos anuales. Y comanda en violencia la
cúspide mundial, adobada con inflación, escasez, hampa, epidemias, cultos y
represión. Y en criminalidad, adquiere la distinción mundial, no en decapitar,
sino en “picar” las víctimas en pedazos, que –para despistar- ocultan en sitios
distintos –ahora, de “cuadrantes”-, alejados unos de otros. Y como otros “botones” de su
violencia cotidiana, “vive” cadenas de epidemias: dengue, chikungunya,
influenza, pesadilla del ébola, etc., etc., salpicadas de secuestros y “raptos
express”. Pero, “afortunadamente”, en éste alto sitial de su violencia, ya se conoce
los culpables, que a diario “desnuda” su afiebrada ideología-culto. Y con dedo
“divino” –que recuerda que el “héroe vive”-, enérgico, acusa a: los magnicidios,
la guerra económica, las conspiraciones, la derecha burguesa, el contrabando, y
la “maldad”, orgánica, congénita, de la oposición e imperialismo. Y en
“cuadrantes”, a todos los tienen “reducidos”, y bajo control. Pero, no puede
evitar que Mafalda arrugue, en hondo silencio-asombro, el entrecejo de su
frente: ¿qué males profundos e históricos estarán anidados en la sociedad
venezolana para llegar a estos niveles? Y Mafalda, para dilucidar el asunto, va
hablar con Quino…
Y Venezuela, “ayuda” a Mafalda redefinir en
calidad su tarea protestataria, no solo con su aporte en criminalidad, sino con
otro, muy particular, y distintivo a nivel mundial: la “sopa” venezolana, que
es de calidad superior a esa “sopa” que Mafalda, desde que nació, viene
enérgicamente protestando, negándose a consumirla. Y es superior, porque la
“sopa” venezolana, es un producto nacional, hecha con un adobo especial-integral:
chavistabolivarianorevolucionariosocialista.
Y ahora, éste adobo es mejorado, con los aportes de la santa alianza CubaChinaRusia,
en flagrante detrimento del Imperialismo Yanqui. Y tal calidad, obliga a
Mafalda, antes de protestar la “sopa”, como es su usual costumbre, a mirar y
remirar, repetidas veces, al “plato” venezolano, con su ceño fruncido, hundido
en meditación. Está consciente de que su actitud podría traerle un gran susto.
Pero, a pesar de ello, obliga algunas
preguntas: ¿Mafalda, se tomará o protestará la sopa? ¿sabrá que si la protesta
o no se la toma, podrá ser enjuiciada por traición a la patria? O ¿no temerá
que la califiquen de escuálida imperialista y enemiga o que la exilen de
cubachinarusia? ¿no temerá que le abran juicio, y mientras llegue el juicio, la
recluyan en Ramo Verde? En verdad, estas posibilidades, hacen bien complicada
la decisión de Mafalda, más aún cuando medita sobre el adobo especial-integral,
único en la cocina internacional. Pero, apostamos que Mafalda, como siempre lo
ha hecho frente a tantos regímenes, sabrá como ventilar su decisión ante ésta -de
inconfundible sabor-olor-, particular “sopa”.
Y en general, en esta manera de ventilar su
decisión, está implícita el cómo, el por
qué, el para qué, cuándo, el hombre podrá salir de esta
encrucijada-paradoja que “vive” en este siglo XXI. De aquí, la importancia, de
este homenaje a Mafalda y sus amigos, que tiene para el mundo, y en particular,
para Venezuela.
Y ser
oso, ser pájaro, ser flor, ser fruto. O ser bosque, ser polen que llama a los polinizadores,
sólo eso –ser- para vivir. Pero, ¿por
qué ser hombre no basta para vivir?
¿por qué es tan difícil vivir? Y en teoría, la cosa no es tan complicada. Solo
basta –así de simple-, ponerse frente a la “sopa” venezolana, frente a la
“sopa” del mundo, y decidir la acción, que la misma teoría y la praxis social, que
emana de la “sopa” en sentido histórico,
aconsejan realizar. Pero, primero, ante todo, habría que empezar a sentirse humano –transición de hombre a
humano-, luego, ser humano. Ser, como ellos, en su escala y especie.
Contigo, de acuerdo. Pero Mafalda, estar
vivo como real humano. Y como el niño es la forma primera humana, con sus
atributos congénitos de libertad, justicia, verdad, belleza, amor, solidaridad,
alegría, que vienen con él al nacer, solo habría que crecer –sin perder ni menguar esta carga-, crecer, crecer, y
nunca parar hasta alcanzar esta etapa: la de real humano. Y coño! –lo dice
Mafalda-, ¿por qué el hombre deja de ser ese
niño, y con él, abandona esa carga?
Bueno, Mafalda, es la historia. Coñísimo! –ahora, es Susanita-, el hombre así “vive”,
porque le da su “perra” gana! También, hasta el presente, es la historia. Y entonces,
la conclusión es lógica –enérgica, sentencia Libertad-: ¡cambiémosla! ¡hagámoslo!