La modernidad
viste al hombre
pero ignora u oculta
que aún anda desnudo
y no sabe hasta cuándo
pero aún virgen su esencia
Hay algo que el hombre de este
tiempo intuye o ignora o conoce pero sin conciencia: el hecho de que él por
naturaleza es un ser social. Por eso,
vive en sociedad: tribu, pueblo, ciudad, país o nación. Y de este ser nace la necesidad de organizar el
Estado, y formar su gobierno, para la misión de conducir su destino. Y lo hará
con una política o “arte” de cómo
llevar al hombre a un estado de bienestar. Pero si esta misión no la hace bien -moral y éticamente bien-, este Estado, y
este gobierno serían los culpables de las consecuencias. Incurren en delito, y por tanto, serían penables,
según el derecho y la justicia, que ellos mismos se dan para alcanzar sus
fines. Y cuando ya son delincuentes, hay otra cosa que ignora u oculta con engaño
planificado: para “vivir” el hombre debe ejercer la violencia contra sí mismo. Y
es la fuente de su enriquecimiento, con la cual crea su modo de vida en medio
de privilegios y desigualdades. Y nace esta sociedad de hombres opuestos, y su
historia, que son las que hasta hoy conocemos.